A menos de 24 horas para el
primer partido de temporada las miradas están puestas en el pívot de carácter
dominante que se creyó desde el principio hace 4 años y cuyo equipo sigue
girando en torno a la construcción de una plantilla que se complemente
adecuadamente con esa pieza de 5 en las que hay puestas muchas esperanzas.
Hablo por supuesto de DeMarcus
Cousins cuya campaña pasada promedió 22’7 puntos, 11’7 rebotes, 2’9 asistencias
en 32’4 minutos. Fue el quinto mejor reboteador de la liga y uno de los pocos
en promediar 20 y 10 en estadísticas. No obstante hay que tener en cuenta su
lado negativo y es su problema de disciplina. Recibió 16 faltas técnicas el año
pasado liderando esa estadística, sin embargo el jugador se ha propuesto
corregir ese problema y la franquicia confía plenamente en él. Siguen creyendo
que puede llegar a ser ese jugador franquicia que tanto necesitan y la medalla
de oro conseguida en el mundial de este verano le ha dado energías renovadas para
afrontar los años que vienen y confirmando una evolución personal y profesional
en su rendimiento. El pasado es el pasado y Cousins está preparado para luchar
por el título de mejor pívot de la NBA.
DeMarcus Cousins
El juego seguirá pasando por
Cousins principalmente pero el pívot no puede hacerlo todo solo y la plantilla
tiene un punto débil que este verano no ha sabido solventar y es la pintura. El
equipo cuenta para este año con cuatro ala-pívots pero ninguno está a su altura
como Evans, Landry o Thompson a pesar de tener grandes aptitudes defensivas. Esto
obligará al pívot a trabajar más intensamente si quieren que el juego interior
prospere con éxito.
Además de Cousins, Sacramento
cuenta con otra estrella que es Rudy Gay. El alero promedió la temporada
pasada, solo en los Kings, 20’1 puntos, 5’5 rebotes, 3’1 asistencias en 55
partidos. Se encuentra en su último año de contrato y está dispuesto a
demostrar esta temporada que es el undécimo jugador mejor pagado de la liga por
algo.
Rudy Gay
Las riendas del equipo ahora
serán llevadas por bases de corte más tradicional. La baja del anotador
incombustible Isaiah Thomas por jugadores como Darren Collison y Ramon Sessions
puede beneficiar al equipo a nivel colectivo y sobre todo para las dos
estrellas del equipo, aportando además consistencia y equilibrio.
Otro aspecto clave es la
aportación de los jóvenes. Ben Mclemore no tuvo un gran año para lo que se
esperaba de él con 8’8 puntos y 2’9 rebotes y Ray McCallum fue más sólido que
él jugando mucho menos y aportando casi las mismas estadísticas. Este año, además,
entra en escena el novato Nik Stauskas que llega a la NBA con reputación de tirador
letal desde media y larga distancia y con muy buena mecánica de tiro. El rookie
puede ser un buen sexto hombre si el entrenador sabe aportar buenos sistemas
ofensivos en el que él esté incluido.
Nik Stauskas
En definitiva, los Kings
pretenden esta campaña ver la luz al final del túnel pero lo van a tener muy
complicado dadas las decisiones que han tomado. La conferencia oeste es
tremendamente competitiva y ganarse un puesto en playoffs quizá todavía quede
lejos, siendo ya 8 temporadas consecutivas desde que Rick Adelman abandonara el
barco en el año 2006. La reconstrucción del equipo continúa a día de hoy y aún
no han conseguido formar un quinteto equilibrado con una segunda unidad de
nivel como para luchar en postemporada. El año que viene puede ser clave para
la franquicia con la decisión de Rudy Gay ya que si se marcha habría espacio
salarial suficiente para hacer una remodelación estructural que pueda funcionar.
De cómo se muevan los Kings el próximo verano dependerá el futuro de Cousins y,
con ello, el del equipo.
@MPMiralles
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