Cuando parecía que los Detroit Pistons habían cogido velocidad de crucero con 4 victorias seguidas, las cosas se han vuelto a torcer en su rumbo con 3 derrotas consecutivas. Una de ellas, fue la dolorosa derrota del domingo contra Minnesota en casa y por 27 puntos. Un punto menos de esta diferencia, fue los que anoto un ciclón llamado Kevin Love que llevaba dos partidos sin jugar y esta con muchas ganas de volver. Al final el doctor amor se fue a los 26 puntos, 16 rebotes y 7 asistencias en tan solo 30 minutos. Números inalcanzables para todos los jugadores de la NBA, excepto Lebron. Otra derrota, aunque dolorosa, podría denominarse como predecible, ya que el rival era el máximo aspirante al anillo (Miami). Y por último, la de ayer contra New Orleans con unos porcentajes de tiros de 3 y de tiros libres que en la NBA no te permiten ganar a casi nadie.
Antes de estas derrotas, el equipo había dado síntomas de mejora con 4 victorias consecutivas incluso una de ellas contra Miami. Y si bien estos buenos resultados eran muy importantes, también había sido importante en esta racha positiva que los jugadores (sobre todo los del roster inicial) se habían repartido la responsabilidad anotadora muy igualitaria-mente (excepto en el partido contra Chicago). Casi todos los jugadores rindieron al nivel que se espera de ellos, Drummond reboteando a lo bestia cuando no se mete en problemas de faltas, Jennings repartiendo mas asistencias (cosa que mejora mucho el juego del equipo), Monroe brillando mas cuanto más tiempo pasa sin Drummond en cancha, el banquillo (Stuckey y Singler) siempre sumando y Josh Smith con sus cosas y sobre todo esperando que llegue a su mejor nivel (cosa que está bastante lejos).
Pero el paso adelante que había dado el equipo de la capital del motor, no les ha servido para nada e incluso han vuelto con los vicios anteriores. Estamos ante un equipo irregular. Estamos ante un equipo que todavía no está construido. Estamos ante un buen equipo que necesita espabilar cuanto antes para no encontrarse con un cruce en primera ronda de pos-temporada inasequible.
Y el panorama no tiene buena pinta. Maurice Cheeks sigue con la idea de poner, en el quinteto inicial y durante bastante tiempo en los partidos, a Drummond, Monroe y Smith. Pienso que Josh Smith desde el banquillo y jugando los minutos de los suplentes podría ser un jugador muchísimo más provechoso y le permitiría al equipo tener más poder interior en estos minutos. Josh Smith es power forward clarísimo, lleva siéndolo en estos últimos años y sus porcentajes de tiro exterior lo confirman.
Así que le doy este consejo al entrenador de Detroit que para mí no tengo.
Con ojeras y a lo loco, un saludo.
@elmirontv
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