martes, 30 de diciembre de 2014

El tercer hombre.



El gran arranque que están teniendo los Blazers en esta temporada, siendo equiparable a la del año anterior, tiene en sus máximas figuras protagonistas a una de las mejores parejas actuales de la NBA. Aldridge y Lillard están dando un nivel impresionante y su rendimiento está siendo reflejado en la cantidad de victorias que el equipo cosecha sin parar, demostrando que son claros candidatos al anillo.

Sin embargo muy pocos se dan cuenta de que hay otro jugador muy importante en las filas de Portland. La figura del escolta Wesley Matthews ha sido determinante, dotando de equilibrio a un equipo en el que siempre es posible que surjan problemas. Un anotador de gran talento que puede desatascar situaciones en las que las principales estrellas no estén teniendo actuaciones finas.



Para los que desconozcan las aptitudes de este jugador, Matthews a lo largo de sus 6 temporadas en la NBA (5 en Portland contando la actual) se ha consolidado como un gran anotador donde su preferencia es el triple y su agresividad tanto en ataque como en defensa es impresionante. En defensa marca muy bien al hombre pero sus promedios en robos y tapones son muy bajos.

Su principal factor es la anotación y en lo que vamos de temporada está ofreciendo buenos porcentajes, 47’8% en tiros de campo, 39’8% en tiros de tres y 71% en tiros libres para promediar un total de 16’8 puntos por partidos en 33’6 minutos de media. Su récord anotador está en 28 puntos, cifra que esta temporada ya ha alcanzado dos veces.

Para los Blazers está siendo un jugador importante pero cuando surgen ofertas en el mercado de fichajes su nombre siempre está entre los primeros de la lista para posibles intercambios. Su rendimiento y estadísticas han ido en aumento temporada tras temporada y los Blazers lo están empezando a valorar positivamente. Es tal la importancia de Matthews para el equipo que recientemente los Cavaliers hicieron una oferta por él, a lo que los Blazers respondieron con un rotundo NO.




Matthews es una herramienta fiable para el equipo, capaz de ser una alternativa temible para los rivales y si el jugador se encuentra con la muñeca caliente despídete de la victoria porque el escolta no dejará de tirar. En Portland ya empiezan a soñar con poder vivir unas finales que no se repiten desde que el legendario Drexler vestía de corto.



@MPMiralles




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