martes, 25 de noviembre de 2014

Un bache,una decepción y la confianza ciega en Big Al


Perdón por tardar tanto en escribir pero es que partido tras partido me iba aumentando la frustración y porque no decirlo: la ira.
Los Hornets llevan seis partidos seguidos perdiendo, pero no es el hecho de perder sino de la imagen mostrada la que me enerva la sangre hasta el punto de no escribir nada por no decir cuatro palabras malsonantes.
Juro que he intentado escribir un recap de los partidos, pero a medida que iban pasando los partidos, las frases como “los Hornets han rozado el ridículo en este cuarto” o “los Hornets han sido barridos de la pista” salían de mi teclado solas y me niego a llenar el blog con tanta energía negativa.
Sólo apuntar que se puede perder contra Spurs, contra Clippers o contra Memphis, pero lo no que se puede hacer es perder contra Orlando o contra Lakers, y menos disfrazándose de Sixers en busca del número uno del draft.
Y os preguntaréis, ¿Y vosotros decíais que este equipo tenía opciones de play-off?
Sobre el papel todo pintaba a que eramos superiores al del año pasado, ya que la mezcla entre conjunto armado y sabia nueva debía suponer un aumento en las posibilidades de llegar a play-off y de dar alguna sorpresa.


Pero las cosas han ido para el lado contrario, no me valen las escusas de las lesiones de Micheal Kidd-Gil y de Kemba Walker, no me valen las escusas de que Lance St necesita un tiempo para adaptarse, no me valen en absoluto ninguna excusa si no se lucha, si se bajan los brazos tan fácilmente y si el fichaje estrella se dedica más a ensuciar el juego que a jugar.
El equipo está jugando realmente mal: Kemba Walker entre la enfermería y la cancha no termina de encontrar su hueco, Marvin Williams no está para ser titular en un equipo de play-offs, Lance Stephenson está más pendiente de los flashes que de jugar y la ya-no-tan promesa Cody Zeller ve como sus partidos de más de diez puntos y cinco rebotes se pueden contar con los dedos de una mano. 

Con todo esto, coach C está contra las cuerdas y el banquillo parece estar esperando a un nuevo inquilino que traiga nuevas ideas y ganas de remontar esta temporada.
Qué sería de nosotros sin Big Al, el pívot es el corazón del equipo, qué digo el corazón, él es el corazón, el pulmón, el cerebro y todas las partes del cuerpo que os podáis imaginar de este equipo. Big Al está cuajando una temporada asombrosa: 21pt, 6 rebotes y  1 asistencia por partido demuestra que está en el top5 de hombres altos.


Con este apunte para el optimismo os deja un aficionado que lo está pasando realmente mal en este inicio de temporada donde la ilusión va cayendo exponencialmente hacia un horizonte negro. Releyendo este último párrafo me doy cuenta del derrotismo que estoy transmitiendo y no me gusta dejaros con este sabor de boca, así que, queridos seguidores de los Hornets, creedme cuando os digo que vamos a salir de este bache,y, sobretodo, confiad en Al Jefferson.

Go bees!

@javiblanco7
 

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