Perdón por tardar tanto en escribir pero es que partido tras
partido me iba aumentando la frustración y porque no decirlo: la ira.
Los Hornets llevan seis partidos seguidos perdiendo, pero no
es el hecho de perder sino de la imagen mostrada la que me enerva la sangre
hasta el punto de no escribir nada por no decir cuatro palabras malsonantes.
Juro que he intentado escribir un recap de los partidos,
pero a medida que iban pasando los partidos, las frases como “los Hornets han
rozado el ridículo en este cuarto” o “los Hornets han sido barridos de la pista” salían de
mi teclado solas y me niego a llenar el blog con tanta energía negativa.
Sólo apuntar que se puede perder contra Spurs, contra
Clippers o contra Memphis, pero lo no que se puede hacer es perder contra
Orlando o contra Lakers, y menos disfrazándose de Sixers en busca del número
uno del draft.
Y os preguntaréis, ¿Y vosotros decíais que este equipo tenía
opciones de play-off?
Sobre el papel todo pintaba a que eramos superiores al del
año pasado, ya que la mezcla entre conjunto armado y sabia nueva debía suponer
un aumento en las posibilidades de llegar a play-off y de dar alguna sorpresa.
Pero las cosas han ido para el lado contrario, no me valen
las escusas de las lesiones de Micheal Kidd-Gil y de Kemba Walker, no me valen
las escusas de que Lance St necesita un tiempo para adaptarse, no me valen en
absoluto ninguna excusa si no se lucha, si se bajan los brazos tan fácilmente y
si el fichaje estrella se dedica más a ensuciar el juego que a jugar.
El equipo está jugando realmente mal: Kemba Walker entre la
enfermería y la cancha no termina de encontrar su hueco, Marvin Williams no
está para ser titular en un equipo de play-offs, Lance Stephenson está más
pendiente de los flashes que de jugar y la ya-no-tan promesa Cody Zeller ve
como sus partidos de más de diez puntos y cinco rebotes se pueden contar con
los dedos de una mano.
Con todo esto, coach C está contra las cuerdas y el
banquillo parece estar esperando a un nuevo inquilino que traiga nuevas ideas y
ganas de remontar esta temporada.
Qué sería de nosotros sin Big Al, el pívot es el corazón del
equipo, qué digo el corazón, él es el corazón, el pulmón, el cerebro y todas
las partes del cuerpo que os podáis imaginar de este equipo. Big Al está cuajando
una temporada asombrosa: 21pt, 6 rebotes y 1 asistencia por partido demuestra que está en
el top5 de hombres altos.
Con este apunte para el optimismo os deja un aficionado que
lo está pasando realmente mal en este inicio de temporada donde la ilusión va
cayendo exponencialmente hacia un horizonte negro. Releyendo este último
párrafo me doy cuenta del derrotismo que estoy transmitiendo y no me gusta
dejaros con este sabor de boca, así que, queridos seguidores de los Hornets,
creedme cuando os digo que vamos a salir
de este bache,y, sobretodo, confiad en Al Jefferson.
Go bees!
@javiblanco7
No hay comentarios:
Publicar un comentario